Origen de Halcyon - Dragón

Dos características clave del esmalte: colores vivos e inmortales y una dificultad infernal

La micropintura de esmalte varía en presentación, búsqueda estética y métodos de producción entre Oriente y Occidente, pero dos cosas permanecen constantes: sus obras se consideran tesoros artísticos extremadamente preciosos debido a sus colores brillantes, ricos y delicados, y el proceso de elaboración es notoriamente difícil y exigente, asemejándose a un verdadero descenso a los infiernos.

Los enormes desafíos de la cocción del esmalte

Proceso de producción agotador: un color, una cocción

Los pigmentos de esmalte deben cocerse a temperaturas precisas para lograr el color deseado. Por ejemplo, un pigmento rojo se volverá gris si se cuece a una temperatura demasiado alta, o verde si se cuece a una temperatura demasiado baja. La creación de una micropintura de esmalte requiere múltiples cocciones a diferentes temperaturas, que van desde más de mil grados hasta solo unos pocos cientos de grados. Cada cocción conlleva el riesgo de romperse, agrietarse o formar ampollas; cualquier fragmentación significa que se desperdician horas de concentración, inspiración y trabajo del artista. Es desgarrador ver cómo una pieza, en la que uno ha volcado su vida, se incendia. El pigmento debe aplicarse varias veces para lograr el efecto de "cambio gradual".


El pigmento debe aplicarse varias veces para lograr el "cambio de graduación".

Diferencias y desafíos del esmalte sobre porcelana en comparación con el esmalte convencional

El esmalte común se aplica a las láminas de cobre y, dado que el punto de fusión del cobre ronda los 800 grados Celsius, la temperatura de cocción para esmaltar sobre cobre también debe mantenerse por debajo de los 800 grados. Esta limitación restringe el uso de muchos colores de esmalte delicados.

Sin embargo, el esmalte sobre porcelana, al ser capaz de soportar altas temperaturas de más de 1300 grados Celsius, permite obtener colores más refinados. El desafío radica en el hecho de que, si bien la porcelana puede soportar altas temperaturas, no puede soportar cambios rápidos de temperatura. Por lo tanto, el proceso de cocción del esmalte sobre porcelana debe implicar un calentamiento y enfriamiento lentos. En comparación con las 2-3 horas que normalmente se requieren para calentar y enfriar el esmalte sobre cobre, el esmalte sobre porcelana requiere al menos 24 horas completas.

Como resultado, una obra de esmalte sobre porcelana suele tardar unos diez días o incluso más en completarse, en marcado contraste con el día o dos que se necesitan para una pintura de esmalte normal. Durante este tiempo, el artista debe realizar un enorme esfuerzo y dedicación.

El sorprendente encuentro entre la porcelana y el esmalte - Falangcai

Afortunadamente, todo este esfuerzo vale la pena. Es un encuentro sorprendente. La textura cálida y brillante de la porcelana complementa y resalta las intrincadas y coloridas pinturas de esmalte, haciéndolas más ricas y con más capas, cautivando la mirada del espectador. El magnífico y exquisito esmalte también realza la elegancia y la gracia de la porcelana. Por lo tanto, a pesar de tener su origen en las técnicas de esmaltado occidentales, el Falangcai se volvió aún más buscado por la realeza y los nobles europeos. Creían que el Falangcai representa una forma superior de belleza.

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